Salvador Allende Presidente de Chile Elegido por vía del Voto |
El golpe fue planeado inicialmente por un sector de la Armada de Chile, con el apoyo de los Estados Unidos. Posteriormente, se agregaron generales de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. El comandante en jefe del ejército, general Augusto Pinochet asumió la dirección del complot. También hubo influencia de parte de varios grupos de poder nacionales e internacionales, entre los que destaca el presidente Nixon, el vicepresidente de EEUU, Gerald Ford, George H. W. Bush y la CIA.
Marco Histórico
Palacio de la Moneda ardiendo |
Nixon, apenas asumido, ordenó derrocar a Allende mediante el Proyecto FUBELT, más conocido como Track II.
Una serie de documentos desclasificados de la Casa Blanca publicados en 2009 revelaron que Nixon, durante su gestión, ofreció dinero y ayuda discreta al dictador brasileño Emilio Garrastazu Médici para influir a las fuerzas armadas chilenas con el fin de derrocar a Allende.
De acuerdo con papeles oficiales secretos divulgados por la organización no gubernamental National Secret Archives, Nixon le preguntó a Garrastazu Médici, en un encuentro en la Casa Blanca el 9 de diciembre de 1971, si los militares chilenos eran capaces de derribar a Allende, a lo cual Garrastazu le respondió que sí y "dejó claro que Brasil estaba trabajando con ese objetivo".
Preparativos del Nefasto Golpe Militar
La Cofradía fue un núcleo importante en la conspiración para preparar el golpe de Estado contra Salvador Allende. Todos sus miembros ocuparán cargos relevantes en el Régimen Militar. Tanto dentro de él o desde fuera. Las reuniones se efectúan a manera de comidas rotativas en casa de cada uno de los miembros. Todos, tanto civiles como militares, tendrán activa participación en la sedición contra el gobierno de Salvador Allende, en desatar el golpe y durante la dictadura. La coordinación de la intervención se centró en Viña del Mar, como lo afirmaría después el general Carlos Prats en The Times de Londres:
"Fue allí en Valparaíso donde los oficiales comprometidos en la conspiración se reunieron en secreto con un oficial de marines estadounidense, el mismo que después mantendría contactos con el almirante José Toribio Merino, Jefe de la Armada en Valparaíso e integrante de la Cofradía Náutica del Pacífico Austral, ente primigenio del golpe. Ese hombre era el teniente coronel Patrick Ryan de la Oficina de Inteligencia Naval "General Carlos Prats en The Times de Londres.
La misma Agencia de Horman citaría dos años más tarde estas reuniones entre personal diplomático y naval norteamericano con los sediciosos chilenos.
"Varios agentes de la CIA que operan en Chile están implicados en las actividades de grupos abiertamente sediciosos, sin que esté libre de sospecha el embajador Nathaniel Davis, quien estuvo en Guatemala en el período en que asesores diplomáticos y militares ayudaron a organizar grupos terroristas fascistas como La Mano Blanca, Nueva Organización Anticomunista y el Consejo Anticomunista de Guatemala, que asesinaron a miles de estudiantes, trabajadores y campesinos"Agencia FIN
En los días posteriores a la estrecha elección de Salvador Allende como presidente de Chile el 4 de septiembre de 1970, Henry Kissinger sostuvo una serie de conversaciones telefónicas urgentes sobre “cómo hacerlo” en Chile. No permitiremos que Chile se vaya por el alcantarillado, le dijo Kissinger en una de esas llamadas al director de la CIA, Richard Helms. Estoy contigo, le respondió Helms.
Fue el 15 de septiembre, durante una reunión de 15 minutos en la Casa Blanca a la que asistió Kissinger, cuando el presidente Nixon instruyó al director de la CIA, Richard Helms, de que la elección de Allende era inaceptable. Fue entonces que ordenó a la agencia actuar con su ya conocida frase "Haremos chillar a la economía Chilena", como lo registró Helms en sus apuntes.
La CIA lanzó una campaña masiva de operaciones encubiertas –primero para impedir que Allende asumiera el gobierno, y cuando esa estrategia fracasó, para minar su gobernabilidad. Nuestra principal preocupación en Chile es la posibilidad de que [Allende] se consolide, y que su imagen ante el mundo sea su éxito, dijo Nixon ante su Consejo de Seguridad Nacional el 6 de noviembre de 1970, dos días después de que Allende iniciara su gobierno.
Para preparar el golpe, Estados Unidos "estranguló" la economía de Chile, como dijo Henry Kissinger. En apuntes de puño y letra del director de la CIA, Richard Helms, tomados en reuniones con Nixon, en 1970 este ordenó hacer "chillar" a la economía chilena. Los bancos congelaron créditos y el gobierno congeló la ayuda económica. El Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales dominadas por Estados Unidos cancelaron préstamos. La ITT formó un comité de representantes de corporaciones estadounidenses para fraguar una estrategia contra Allende, de la mano con la administración Nixon. Mandaron agentes de la CIA a sabotear la economía y fomentar un movimiento de oposición contra el gobierno de Allende, como la huelga de camioneros que paralizó el sistema de transporte.
Chile antes del golpe
Victoria de la Unidad Popular
Candidato | Votos | % |
---|---|---|
Allende | 1,066,372 | 36.29% |
Alessandri | 1,050,863 | 35.76% |
Tomic | 821,350 | 27.95% |
Total | 2,943,561 | Fuente: PDBA |
La victoria de Salvador Allende, obtenida el 4 de septiembre de 1970 con el 36,3% de los votos, se alcanzó proponiendo transformar a Chile en un régimen socialista, siguiendo un curso distinto al común de los otros regímenes que alcanzaron el socialismo, y al cual se ha dado a llamar «vía chilena al socialismo, con sabor a empanadas y vino tinto». Esta nueva vía al socialismo, por medios pacíficos y democráticos, tuvo inicialmente el visto bueno de gran parte de la Democracia Cristiana, que también tuvo parte en procesos de cambio históricos como la reforma agraria. El apoyo inicial que se reflejó en un 49% de los votos en la elección municipal de 1971, se fue perdiendo por el deterioro de la situación económica, debido a la inflación desatada por la desacertada medida de imprimir más dinero sin respaldo, lo que produjo un exceso del circulante y, como consecuencia, un incremento en la inflación. Debido a que ningún candidato alcanzó la mayoría absoluta, le correspondió al Congreso Pleno determinar quién sería el Presidente, entre las dos primeras mayorías relativas.
La interrogante sobre la sucesión presidencial
El triunfo de Allende planteó a las fuerzas opositoras dos alternativas: se respaldaba la simple mayoría —como tradicionalmente se había hecho en Chile— o se trataba de impedir, por cualquier medio, que el candidato marxista asumiera el gobierno.
Para la derecha, la opción consistía en que el Congreso Pleno, con sus votos más los de la Democracia Cristiana, eligiese a Alessandri, quien había alcanzado la segunda mayoría. Su teoría era que Alessandri renunciaría sin asumir y se convocaría a una nueva elección presidencial, en que se presentaría Frei, y vencería con los votos de ambos sectores. La DC no aceptó la fórmula, y en este partido se impuso la tesis de Tomic: reconocer el triunfo de Allende a cambio de un Estatuto de Garantías, el cual posteriormente resultó aprobado como reforma a la Constitución en 1971.
Asesinato del Comandante en Jefe del Ejército de Chile General René Schneider
Para evitar la llegada de Allende a la presidencia, Roberto Viaux, junto a miembros de Patria y Libertad planearon el secuestro de Schneider, con el fin de provocar la intervención de las fuerzas armadas y evitar la sesión del Congreso. El 19 de octubre de 1970, un grupo de hombres con granadas de gas lacrimógeno intentaron secuestrar a Schneider a la salida de una cena oficial. La tentativa falló porque General se fue en su automóvil privado y no en el vehículo oficial previsto por los hombres de Viaux. El segundo intento de secuestro se realizó a las 08:00 del 22 de octubre de 1970, cuando el automóvil oficial de Schneider fue bloqueado en la esquina de la avenida Américo Vespucio con Martín de Zamora por cuatro vehículos y un grupo de jóvenes rodeó el automóvil del General, destrozando con martillos los cristales traseros y la puerta lateral trasera. Los secuestradores, al percatarse de que Schneider tomaba su arma para repeler la acción, dispararon sobre él impactándolo con tres balas, y luego huyeron. El cabo-chófer, Leopoldo Mauna Morales, al ver desangrándose al comandante en jefe, lo llevó al Hospital Militar. El 25 de octubre de 1970, sufrió un paro cardíaco debido su gravísimo estado, falleciendo a las 07:50.
La Doctrina Schneider era una doctrina del Ejército de Chile de apego al orden constitucional, el respeto de la voluntad ciudadana y la no intervención en política, apoyada por el general chileno René Schneider, que permitió la elección de Salvador Allende como presidente de Chile, y era el principal obstáculo ideológico para un golpe de estado militar contra él.
Violencia en las calles
Las manifestaciones de apoyo a Salvador Allende en 1973 |
La violencia, desatada por grupos radicales de adherentes y opositores al gobierno, como el MIR de extrema izquierda o Patria y Libertad de ultra derecha, provocó un clima de confrontación, que se fue expandiendo a todos los ámbitos de la sociedad, llegando incluso a los sectores de élite de la sociedad, que siempre se habían encontrado al margen de las convulsiones sociales, económicas y políticas del país.
En este período los enfrentamientos callejeros, entre grupos de extrema izquierda y de ultra derecha, frecuentemente daban como resultado heridos de diversa consideración, llegándose a la muerte de algunas personas. Además se desataron enfrentamientos de grupos políticos y sindicatos contra efectivos de Carabineros, entre los que destaca los enfrentamiento de los mineros de El Teniente en Santiago, el 15 de junio de 1973, que terminó con la muerte del obrero Milton Da Silva, además de 64 heridos y más de 100 detenidos.
Terrorismo
Grupos de ultra derecha surgidos al alero del Partido Nacional, junto al movimiento Patria y Libertad, intentaron por diferentes medios violentos terminar con el gobierno, siendo apoyados y financiados por la CIA, que también conspiraba para terminar con el gobierno de la UP. En 1973, una vez que los métodos democráticos para sacar a Allende fracasaron, intensificaron su campaña de atentados con bombas y ataques para desestabilizar al gobierno.
Entre las acciones de estos grupos figura el asesinato del comandante de la Armada Arturo Araya, edecán naval del Presidente Allende; diversos atentados con bomba a torres de alta tensión y oleoductos; el asesinato de militantes de izquierda; y varios atentados a embajadas (por ejemplo, las de Cuba y la Unión Soviética), sedes de partidos políticos de izquierda y radio emisoras. El 14 de mayo de 1973 fueron allanados varios locales de Patria y Libertad, encontrándose numeroso armamento y explosivos, luego del llamado de su líder Roberto Thieme, desde Argentina, a desencadenar una guerra civil.
Se inician las reuniones golpistas
La primera reunión para elaborar el plan económico del golpismo se realiza con la mayoría de los economistas, en agosto de 1972 en el Círculo Español, en Santiago. Los economistas que sondemócrata cristianos acuerdan incorporarse a la elaboración del plan económico pedido por los marinos16 17 y al mismo tiempo mantener informado a Eduardo Frei Montalva18 como lo hacen los otros economistas con el Partido Nacional.
El golpe de estado, en agosto, era planeado prácticamente por la totalidad de la plana superior de la Armada de Chile, salvo por el almirante Raúl Montero y alguno que otro oficial constitucionalista, que no representaba peso alguno dentro del estamento castrense, o bien, se encontraba aislado de las bases. La cuestión es que la Armada obedecía de facto al Vicealmirante José Toribio Merino. Algo similar sucedía en la Aviación, donde la excepción la marcaba el general César Ruiz, cabeza de la entidad. Pero, al retirarse este último del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (que había asumido como consecuencia del «tanquetazo»), Allende lo obliga a renunciar a ambos cargos, el de Ministro y Comandante, asumiendo en su lugar ese cargo militar, el general Gustavo Leigh, opositor al gobierno. El Ejército estaba dividido, pero la balanza tendía cada vez más a favor de aquellos que propugnaban la opción del golpe, siendo la posición contraria la llevada por su comandante en jefe, Carlos Prats. En Carabineros, por último, estaban a favor del golpe no más que dos o tres generales de baja antigüedad, entre ellos el general César Mendoza, quien al 11 de septiembre ocupaba el cargo de Director de Bienestar en la institución.
Renuncia el general Prats
Finalmente cae el general Carlos Prats. El día 21 de agosto, una manifestación de esposas de generales se produce frente a su casa, a la que llegan a protestar también varios oficiales de civil contra él. Es insultado y agredido. Al ser deshecha la manifestación por Carabineros, ésta se vuelve a organizar con más fuerza. Llegan al lugar Augusto Pinochet (considerado el segundo de Prats), Allende y sus ministros. Todos son abucheados. Deprimido y desilusionado, pide a los generales que reafirmen su lealtad para con él; como sólo unos pocos lo hicieran, resuelve renunciar a la comandancia en jefe. Recomienda pues a Allende que el cargo sea ocupado por Augusto Pinochet Ugarte, quien tenía una hoja de vida estimada como limpia, siendo caracterizado como un soldado profesional y apolítico.
El Congreso declara el quebrantamiento institucional
El asesinato de Allende |
El 22 de agosto la Cámara de Diputados en la cual la oposición tenía mayoría, aprueba un texto en el que señala la existencia de un el grave quebrantamiento del Orden Constitucional y legal de la República; causada por la negativa del ejecutivo a promulgar la reforma constitucional de las tres áreas de la economía, a pesar de haber sido aprobadas por el Congreso, y actuando en contra de la constitución, según el contralor.
“Primero - Representar a S.E., el Presidente de la República y a los señores Ministros del Estado miembros de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, el grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República; Segundo- Representarles, asimismo, que les corresponde poner inmediato término a todas las situaciones de hecho referidas, que infringen la Constitución y las leyes, con el fin de encauzar la acción gubernativa por las vías del Derecho y asegurar el orden constitucional de nuestra patria y las bases esenciales de convivencia democrática entre los chilenos; Tercero- Declarar que, si así se hiciere, la presencia de dichos señores Ministros en el Gobierno importaría un valioso servicio a la República. En caso contrario, comprometerían gravemente el carácter nacional y profesional de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, con abierta infracción a lo dispuesto en el artículo 22 de la Constitución Política y con grave deterioro de su prestigio, y Cuarto - Trasmitir este acuerdo a S.E., el Presidente de la República y a los señores Ministros de Hacienda, Defensa Nacional, Obras Públicas y Transportes y Tierras y Colonización”.
Sin embargo, este acto no constituye una declaración de ilegalidad, pues para que el Congreso se pronunciara sobre el comportamiento legal del Gobierno, existía un sólo camino: la acusación constitucional, según el procedimiento expresamente contemplado por la Constitución Política del Estado. Procedimiento que nunca se llevó a cabo.
Marinos antigolpistas
Estatua de Salvador Allende frente al Palacio de la Moneda |
Fue intento de un grupo de cabos, sargentos, suboficiales, marineros y personal civil -sin participación de oficiales- de parar el golpe de Estado en marcha al interior de la Armada, denunciándolo a las autoridades y llegando a la toma de barcos y detención de los oficiales para alertar al país sobre la subversión en desarrollo, y galvanizar así a la opinión pública en defensa del gobierno.
Algunos marinos se reúnen con Carlos Altamirano Orrego, secretario general del Partido Socialista, para advertirle de los intentos golpistas, siendo estos marinos los primeros procesados por la Armada. Altamirano lanza el discurso que le ha hecho fama, catalogado de incendiario por los sectores favorables al golpe. En este discurso reivindica su derecho a recibir informes de cualquiera que denuncie conspiraciones, "Si pudiera hablaría de nuevo con ello". Si se intenta un golpe, Chile será un segundo “Vietnam heroico”, dice.
Por su parte, la Corte Suprema resuelve responder a la petición de desafuero de Altamirano (pedida por la Armada), el día 11 de septiembre.
Último discurso del Presidente Allende (radial)
A las 10:15, a través de Radio Magallanes (la única pro-gubernamental aún no silenciada), Allende emite su último mensaje a la Nación:
- “Quizás sea ésta la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. La Fuerza
- Aérea ha bombardeado las torres de Radio Portales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura, sino decepción, y serán ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: Soldados de Chile, comandantes en jefe y titulares… …el almirante Merino… más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su solidaridad y lealtad al gobierno, también se ha denominado director general de Carabineros.
- “Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: Yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza.
- La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
- ¡Trabajadores de mi Patria!: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, espero que aprovechen la lección.
- El capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, crearon el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición: la que les señaló Schneider y que reafirmara
- el Comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando, con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios...
- Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
- Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
- ...Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa, la seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
- El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
- ¡Trabajadores de mi Patria!: Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!, ¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores!
- Éstas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.”
Salvador Allende dirigiéndose al pueblo chileno |
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