El Tiempo
Empezó a correr cuando la mayoría de personas ya han colgado las botas para siempre.
"Puedo dormir o caminar, pero si me siento, así sea por un instante, moriré". Esa directriz ha alimentado el espíritu infatigable del maratonista más viejo del mundo, Fauja Singh. Cumplirá 102 años el próximo primero de abril. Cinco semanas antes, el 24 de febrero, se retirará de las competencias, una vez dispute la maratón de Hong Kong.
El tesón juvenil de sus piernas raquíticas lo ha impulsado a la conquista de cinco maratones de Londres, dos de Toronto, y una de Nueva York, además de otras tantas competencias de menor distancia, en los últimos doce años. Su gesta le valió portar la antorcha de los Juegos Olímpicos en 2004 y en 2012, además de la fama mundial.
Fauja es un hombre de tez sahariana, fracturada por la inclemencia de medio siglo de trabajo en el campo. El turbante que corona su desvaída figura (mide 1.72 m y pesa 53 kg) y la abundante y grisácea barba que puebla su rostro lo dotan de un aire místico, más propio de domador de serpientes que de un atleta consumado.
Aunque vive en Londres desde 1992, no habla inglés. Nació en el distrito Jalandhar de Punjab, ubicada entre India y Paquistán, y sólo se expresa en lengua panyabí. Por esa razón, asiste a las entrevistas acompañado de su entrenador personal y traductor, Harminder Singh.
En 2011, el periodista Khushwant Singh lanzó la autobiografía de Fauja. La tituló 'Turbaned Tornado' (Tornado con turbante). Sin embargo, Fauja no ha podido leerla: "Ocurre que soy iletrado", aseguró en una entrevista concedida a la NDTV, el 7 de julio de aquel año.
Corrió su primera carrera oficial en 1999: una competencia de 20 km de distancia en apoyo a la organización Cancer Research UK. Poco después contactó a su entrenador, Harminder Singh, y emprendió un programa de entrenamiento de diez semanas con el objeto de disputar la Maratón de Londres del 2000. Para entonces, contaba con 89 años de edad.
Cruzó la meta en 6 horas y 54 minutos en su primera maratón oficial, con un sol tenue a cuestas y una temperatura promedio de 11°C (El ganador de aquel año, el portugués Antonio Pinto, completó la distancia en 2 horas y 6 minutos).
Running Baba, como lo han bautizado algunos de sus seguidores, afronta sus disputas con zapatillas Adidas (su patrocinador) marcadas con su nombre. Sin timidez admite que prefiere las zapatillas Puma, porque le parecen más cómodas. Desde 2004, es la imagen de la campaña publicitaria Impossible is Nothing.
Fauja aprendió a caminar cuando tenía cinco años. Es el menor de cuatro hermanos. Sus piernas flacuchas le valieron el sobrenombre de 'Danda' (un símbolo de la escritura Devanâgarî que significa 'palillo' y se grafica como una línea vertical).
El joven y lábil Fauja de mediados de la década de los treinta, consciente de su pobre desempeño en los menesteres deportivos, se enroló como atleta amateur y transformó su otrora debilidad en una pasión. Empero, abandonó la actividad física en el marco de la partición de India (1947). Desde entonces, se dedicó a la agricultura.
Su vida transcurrió con tranquilidad por cinco décadas. El desasosiego de la muerte lo llevó a retomar sus entrenamientos en 1992, a los 81 años. Su esposa murió ese año, cuando aún vivían en Jalandhar. Poco después, su hija mayor falleció producto de complicaciones en el parto, cuando alumbraba a su tercer hijo; y, en agosto de 1994, atestiguó un infortunado accidente de construcción que segó la vida de Kuldip, su quinto hijo.
Fauja se reencontró con su vieja pasión para combatir el aburrimiento. Las carreras constituyeron una vía para emanciparse del dolor y para enfrentar la soledad. "No me detendré hasta morir", sentenció en 2009, en una entrevista concedida a Laura Potter ('The Observer'), como si su empeño representase una competencia contra la mismísima Muerte, siempre acechante en la vida de quienes alardean de ser más que octogenarios.
La sonrisa de 'Superman Sij'
Fauja profesa el sijismo, una religión india con cerca de 25 millones de seguidores en el mundo. Rinden culto a un único dios y practican las enseñanzas de los diez gurús del sijismo, consignadas en el Gurú Granth Sahib -la 'biblia' de dicha religión-. En la actualidad, vive con su hijo Sukhjinder Singh (de 53 años) en Ilford, Essex, un pueblo cosmopolita al noreste de Londres. Visita, a diario, el gurdwara del este, un templo de culto sij.
Cuando Fauja se asentó en Londres, se unió a un equipo de atletas sijes, denominado Sikhs in the City, cuya sede se ubica en el este de la capital británica. Se suelen reunir en la intersección entre Roding Lane South y Woodford Bridge Road para entrenar cada domingo.
En 2011 se convirtió en el primer hombre de cien años en terminar una maratón (la Maratón de Toronto celebrada el 16 de octubre de 2011). Cruzó la meta en 8 horas y 25 minutos, por delante de otros cinco competidores. Estaba un poco aquejado de la espalda, con mirada cansada, pero una amplia sonrisa, impropia de un centenario.
En aquella ocasión, se negaron a conceder el récord porque Fauja no presentó una copia de su certificado original de nacimiento. La única prueba de su edad se encuentra consignada en su pasaporte.
Salud de hierro
Cuando Fauja concede entrevistas a los medios, suelen cuestionarlo sobre las causas de su salud inquebrantable. En una entrada de blog publicada en el diario 'The Independent', Singh aseguró que seguía un estricto régimen vegetariano "En la religión sij, comemos para vivir, no vivimos para comer. Atribuyo mi longevidad al consumo de alimentos como el chapati (pan indio plano), el dal (legumbres), el sabji (coliflor) y el saag (curry). Como muy poco".
Todos los días corre alrededor de 16 kilómetros. Su paso es lento y suele terminar las maratones caminando. Su récord personal (5 horas y 40 minutos en la Maratón de Toronto de 2003) es objeto de admiración por parte de otros maratonistas. Tal vez por ello lo han apodado como 'Superman Sij'.
Quienes lo han conocido, lo consideran una fuente de inspiración. "Departí con él en el Maratón de Mumbai en enero. Fue una de las mejores experiencias de mi vida", asegura Kiranpal Singh, uno de los asistentes al evento. "Es una leyenda viviente".
"Es un hombre único. Empezó a correr cuando la mayoría de personas ya han colgado las botas para siempre", asegura su biógrafo.
Fauja anunció su retiro de las maratones a finales de enero de este año. Sin embargo, continuará ejercitándose, por lo menos cuatro horas al día, e inspirando a las masas, aseguró al Times of India.
La última maratón de Fauja iniciará el próximo 20 de febrero cuando arribe a Hong Kong. Como parte de su itinerario, visitará el Buda, entrenará en Happy Valley y almorzará con el Club de Hockey Khalsa Naujawan Sahib.
Si desean seguir las peripecias del maratonista más viejo del mundo, visiten su página en Facebook, que ya cuenta con más de 50.000 seguidores.
ÉDGAR LEONARDO MEDINA
Redactor EL TIEMPO
Comentarios