La profunda crisis del río Magdalena

La empresa Hidrochina y el gobierno de la República Popular China financiaron y elaboraron lo que es conocido como el Plan Maestro del Río Magdalena, por un costo cercano a los 5 millones de dólares. El documento de 800 páginas no se ha terminado de traducir además de estar mal escrito en inglés y tener varias expresiones en chino. Contempla una serie de profundas transformaciones sobre el río, que van desde la construcción de 17 hidroeléctricas, la implementación de una hidrovía que conectaría Honda con Barranquilla y una serie de inversiones y medidas que buscarían integrar al río con los circuitos económicos.
Las 17 hidroeléctricas estarían construidas desde las montañas de la cordillera Central, en el municipio de San Agustín, hasta terminar en el municipio de Honda. El anuncio de estas construcciones  agrava el clima de conflicto que ha generado el proyecto hidroeléctrico El Quimbo, rechazado por sus graves y diversos impactos: desplazamientos forzados, pérdida de la autonomía alimentaria, la alteración de todas las actividades económicas circundantes, y el establecimiento de un proyecto que afecta claramente los intereses de la nación a favor de una multinacional italo-española.
600 kilómetros aguas abajo, alrededor de Barrancabermeja, se están construyendo varios puertos; Uno de ellos sería “el puerto de agua dulce más grande de Latinoamérica”, diseñados para transportar materias primas, especialmente hidrocarburos y carbón hacia los centros de embarque en el Caribe.  La reducción de los fletes de transporte de carbón con la habilitación de la hidrovía estimulará las inversiones de extracción de carbón en las montañas de Cundinamarca, Boyacá y los santanderes, lo que en un par de décadas puede significar una catástrofe social y ambiental en la cordillera oriental. Otros puertos en construcción se construyen en la misma lógica, en Gamarra, La Gloria y Capulco en el Cesar, para darle salida a las explotaciones de carbón en el Norte del Santander.
Además de las anteriores tendencias, la Agencia Nacional de Hidrocarburos ha priorizado las exploraciones para Fracking entre el municipio de Barrancabermeja y Aguachica, Cesar, que se iniciaría en el año 2016 con costos ambientales y sociales incalculables. La tecnología del Fracking puede tener el potencial de llevar la contaminación con hidrocarburos a niveles muy superiores a los actuales.
A lo largo de toda la cuenca del río, se encuentran diversas problemáticas que sumadas generan una desapercibida crisis estructural. Problemáticas que pasan por la contaminación por vertimiento de aguas negras y contaminación industrial; una débil institucionalidad ambiental que legitima los graves daños que sufre la cuenca, sumadas a inversiones ambiciosas que buscan profundizar y ampliar la explotación de hidrocarburos en el valle y de carbón en las montañas. En un contexto de desplazamiento forzado y apropiación de tierra campesina por parte de paramilitares en las últimas décadas, la masificación de la palma africana y la agroindustria, y estructuras mafiosas enquistadas en la institucionalidad pública dejan un panorama de suma gravedad.
Del promedio de 60 mil toneladas anuales de pesca en el río que se alcanzaba en los años 70´s, ahora se alcanzan 10 mil, lo que evidencia la franca decadencia de la vida en el río. Significando una clara amenaza a la autonomía alimentaria, especialmente el acceso de proteína para las comunidades que aún quedan en la región.
Lo que sucede en la cuenca del Magdalena, es una auténtica tragedia ambiental, social y política, que se esta desarrollando a espaldas de los colombianos.

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