La Bogotá que hereda Peñalosa

El dinero no lo es todo, pero casi. El nuevo alcalde recibe una excelente situación financiera –suficiente para emprender sus proyectos de infraestructura sin recortar los programas sociales-. ¿A qué se debe la salud económica de Bogotá?

Por: Jorge Iván González*  

Plata sí hay

Enrique Peñalosa recibe unas finanzas sanas en la capital de la República: altos ingresos tributarios, un catastro actualizado, un superávit fiscal y presupuestal elevado, un margen de endeudamiento amplio y un presupuesto de inversión holgado.
El alcalde electo encuentra un presupuesto cómodo, e incluso más holgado que el que heredó de la primera administración de Antanas Mockus. Este es el escenario ideal para un nuevo gobernante. Aunque las prioridades de Peñalosa son muy distintas de las de Petro, el presupuesto para 2016 le permite avanzar en inversiones en infraestructura sin necesidad de desfinanciar los programas sociales.
Los avances en materia de educación y salud deberían mantenerse y en buena hora  algunas decisiones cruciales están en consonancia con las estrategias del gobierno nacional - como es el caso de la jornada escolar completa-.  

Ingresos tributarios

Los ingresos tributarios aumentaron de manera significativa en Bogotá. Entre 2013 y  2014 crecieron un 10 por ciento, el doble de la inflación. Mientras tanto las transferencias del gobierno nacional crecieron en 3,7 por ciento, así que las finanzas de Bogotá van ganando autonomía respecto de los recursos provenientes  de la Nación.
Ingresos totales 2013-2014 Millones de pesos
Fuente: SECRETARIA DISTRITAL DE HACIENDA, SDH., 2015. 
Proyecto de Presupuesto 2016. Bogotá, Distrito Especial, SDH.
Las dos principales fuentes tributarias son el impuesto ICA (industria, comercio y aviso) y el predial. El ICA representa un 49 por ciento de los ingresos tributarios, y el predial, el 29 por ciento. Entre los dos ascienden al 80 por ciento de los tributos de Bogotá. El 20 por ciento restante proviene del impuesto al consumo a la cerveza, a los vehículos automotores, de la delineación urbana y de la sobretasa a la gasolina.
Los bajos niveles de ejecución no son un mal exclusivo de Bogotá.
La modernización del catastro ha sido decisiva para aumentar el recaudo tributario. En promedio, el valor catastral es el 85 por ciento del valor comercial. Sería un error permitir que el catastro se desactualice respecto del valor comercial. También sería equivocado disminuir el cobro del predial. La tarifa del predial en Bogotá (8 por mil) es baja en relación con los estándares internacionales (22 por mil).  Y al igual que el predial, el ICA ha mantenido una tendencia ascendente.
Bogotá está en mora de aumentar los recursos provenientes de la gestión urbana. Es necesario ir aumentando la participación del gobierno local en las rentas que origina el desarrollo urbano: participaciones en plusvalías, valorización, cargas y cobro por derechos de edificabilidad. Peñalosa ya ha anunciado que derogará decretos que estimulan estas fuentes de financiación. Pero sería un error disminuir estos recursos, que cada día gana importancia  en las grandes y medianas ciudades del mundo.

Gran superávit

El superávit presupuestal de Bogotá ronda los 3,5 billones de pesos.
El superávit presupuestal de Bogotá ronda los 3,5 billones de pesos.
Foto: Alcaldía Mayor de Bogotá
El superávit presupuestal de la ciudad gira alrededor de los 3,5 billones de pesos. Estos excedentes están disponibles, pero no se han ejecutado por problemas de gerencia y administración.
La disponibilidad de recursos derivada de una menor ejecución puede mirarse desde diversos ángulos. Es negativa porque dejaron de realizarse obras necesarias, y no se ofrecieron los servicios que estaban presupuestados. Pero los bajos niveles de ejecución no son un mal exclusivo de Bogotá. Es notorio, por ejemplo, el atraso de la Nación en la ejecución de los recursos provenientes de las regalías.
La no ejecución tiene el inconveniente adicional de transmitir una falsa sensación de bonanza. Un nivel vado de ejecución es positivo desde la perspectiva de las calificadoras de riesgo y de los banqueros. Los indicadores financieros no consideran los niveles de ejecución, y premian a quienes gastan poco.
Una de las primeras decisiones de la nueva administración es el uso que le dará a estos excedentes. Es muy probable que no se mantengan las asignaciones iniciales y que una parte importante de estos dineros vayan a infraestructura.

Margen de endeudamiento

Los indicadores financieros de Bogotá son excelentes, considerablemente mejores que los del gobierno central. Los índices de solvencia y de capacidad de pago implican un amplio margen de maniobra.
La solvencia, o sostenibilidad financiera (SF), es la relación entre el saldo de la deuda (SD) y los ingresos corrientes (YC), así que . De acuerdo con la Ley 358 de 1997, en el caso de las entidades territoriales el máximo valor de la relación SF es 80 por ciento. Cuando SF es mayor que 80 por ciento, el semáforo está en rojo; entre 50 y 80 por ciento el semáforo está en amarillo; y menos de 50 por ciento, en verde.
La capacidad de pago (CP) es la relación entre los intereses de la deuda (ID) y el ahorro operativo (AO), así que . En la Ley 358 el valor máximo de CP es 40 por ciento. Cuando se supera este límite, el semáforo está en rojo; entre 30 y 40 por ciento, el semáforo está en amarillo, y cuando CP es menor de 30 por ciento, el semáforo está en verde.
Proyección de los indicadores de solvencia y de capacidad de pago de Bogotá (2015-2026) 
Solvencia (SF)                                                        
Capacidad de pago (CP)
   
Cálculos SDH - Dirección de estadísticas y Estados Financieros.
Fuente: SECRETARIA DISTRITAL DE HACIENDA, SDH., 2015.
Proyecto de Presupuesto 2016. Bogotá, Distrito Especial, SDH, Bogotá, p. 130.
Aun incluyendo las inversiones presupuestadas para 2016, los indicadores de solvencia y de capacidad de pago de Bogotá son muy buenos. En las gráficas anteriores, la línea punteada de más arriba corresponde a los límites que establece la Ley 358. La curva de más abajo  representa la evolución proyectada de los indicadores de solvencia y capacidad de pago para Bogotá. A lo largo del período de proyección (2015-2016) los semáforos están en verde. Es decir, la nueva administración tiene un amplísimo margen de endeudamiento.

Presupuesto de inversión

Diseño de la Avenida Longitudinal de Occidente, uno de los proyectos bandera del Alcalde Electo.
Diseño de la Avenida Longitudinal de Occidente, uno de los proyectos bandera del
Alcalde Electo.
Foto: Prensa Enrique Peñalosa
El presupuesto para 2016 tiene varias virtudes.
  1. Está completamente financiado, con indicadores envidiables.
  2. Mantiene los programas sociales.
  3. El componente de inversión es elevado, cercano a los 9 billones de pesos para la administración central, y a los 5 billones para los establecimientos públicos.
Tal y como lo explica la Secretaría de Hacienda en la exposición de motivos, el grueso de la inversión sería para el metro.
Presupuesto 2016, ingresos y gastos
Millones de pesos
Fuente: SECRETARIA DISTRITAL DE HACIENDA, SDH., 2015. Proyecto de Presupuesto 2016. Bogotá, Distrito Especial, SDH, Bogotá, p. 157
Para entender las dimensiones de estas cifras, vale la pena compararlas con el presupuesto del gobierno nacional. Según las estimaciones del Ministerio de Hacienda en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, en 2016 la inversión del gobierno nacional central sería de 15,6 billones de pesos, apenas 1,6 billones por encima de la inversión de Bogotá.
La gran ventaja de Distrito frente a la Nación es el costo reducido de los intereses. Mientras que en 2016 el gobierno nacional destinará al pago de intereses 24,6 billones, el servicio de la deuda de Bogotá es apenas de 534,7 mil millones (314,2+220,5).  
La administración que comienza este 1 de enero no se puede quejar. Peñalosa recibe una estructura financiera envidiable.
La administración que comienza este 1 de enero no se puede quejar. Peñalosa recibe una estructura financiera envidiable. A pesar de las asimetrías que puedan presentarse durante el empalme, hay que reconocer que el margen de maniobra del nuevo equipo es holgado.
Si Peñalosa decide aumentar el cupo de endeudamiento hasta el máximo, no debería reducir el esfuerzo fiscal ni eliminar los decretos que buscan que el Distrito pueda participar en las rentas generadas por el desarrollo urbano. Los constructores presionan porque no quieren cargas, y los contribuyentes se quejan por los aumentos de los prediales. Si se cede ante unos y otros se debilitaría una estructura fiscal que ahora es sólida.
 Tomado de la Revista Digital RAZÓN PÚBLICA 
* Cofundador de Razón Pública. Para ver el perfil del autor, haga clic en este enlace.jorgeivangonzalez29@gmail.com

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