LOS NUEVOS RETOS DEL PERIODISMO

 Por CPVC


Los avances tecnológicos, que empezaron a tomar mayor fuerza en la década de los ochenta, determinaron con el tiempo que muchas cosas cambiaran en el mundo, cosas de las que no se salvo el periodismo como industria.

En forma silenciosa, una camada de jóvenes empezaron a diseñar los parámetros que por esas calendas nadie veía como una amenaza y  que hoy marcan hitos que tienen a más de uno en aprietos, pensando en qué hacer ahora que su tradicional actividad camina hacia la ruina.

Me acuerdo cuando el periódico El País de Cali inició un proceso para dejar en el pasado el sistema en frío, que en su momento había reemplazado el caliente, de los linotipos, y entrara a actuar en la novedad de los sistemas de cómputo. 

Una de las primeras en llevar las consecuencias en la nueva sala de Redacción fue la de los teletipos, que durante las 24 horas del día hacían un ruido infernal, copiando las noticias que desde las diferentes oficinas en el mundo, enviaban las agencias internacionales de noticias. Ya en los terminales, sin ningún ruido de por medio, se podían leer los despachos.

El cambio era inminente y había que adaptarse al mismo, so pena de quedarse atrás frente a la competencia.

A quienes trabajábamos en el periódico nos dieron una bonificacion de tres mil pesos, que estaba muy por encima del salario mínimo de la época. Invirtieron en la gente, que debió hacer el proceso de cambio para seguir formando parte de la nómina.

El problema lo constituían los periodistas veteranos, quienes "volaban" sacando cuartilla en las máquinas de escribir manuales o las eléctricas, que adornaban la Sala de Redacción. Ellos "volaban" en los nuevos teclados, con el pequeño detalle que se olvidaban de guardar el documento, que se perdía cuando venía el bajón inesperado de energía, porque las instalaciones del medio las estaban adaptando a la nueva tecnología, con la presencia de ingenieros que llegaron de Puerto Rico. 

Ya la salida habitual a las ocho de la noche se cambió por la de las dos de la madrugada.

Está pequeña anécdota del año 1978, viene a demostrar la fuerza que tomaron las Tecnologías de la Informática y la Comunicación, TIC, que hoy acabaron con cientos de periódicos en el mundo, pues su influencia es tan grande, que produjo innumerables cambios de hábitos, dejando solos a quienes aún se resisten a aceptar que dentro de muy poco no habrá libros impresos sino virtuales todo el tiempo y menos periódicos que se salgan a vender en la calle, como sucedía hasta hace  unos años (se acuerdan que el sábado a las seis de la tarde las ediciones competían a ver cuál se agotaba en menos tiempo) y que significaba a su vez sustento y trabajo para mucha gente.

Eso conlleva, a su vez, en un cambio de papel drástico de los medios de comunicación impresos, que ya no pueden seguir publicando noticias de ayer (las salas de Redacción las preparaban durante el día anterior para que se vendieran como si fueran las más "frescas" del momento) porque la gente se informa hoy en segundos de lo que pasa hasta en el lugar más apartado de la tierra y lo que sale después es un trasnocho irreverente

Ese cambio de papel conlleva también a asumir una posición neutral frente a muchos eventos informativos que estuvieron salpicados de una inclinación ideológica (se debe informar, en resumen). 

La gente espera una actitud imparcial de los medios, cualquiera sea su diseño en el vasto conjunto que hoy ofrecen las Tic para informar.

Sin ser abogado del diablo, me pregunto sobre las posturas de un medio local,  cuyos directivos olvidaron el papel periodístico y no dejan que sean sus lectores los que tomen sus propias decisiones, por una disputa en la que está solamente en juego la soberbia de uno de sus miembros.

El periodismo hoy exige, para subsistir, un cambio de actitud y aptitud.

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